Los dientes son estructuras muy importantes para nosotros. Además de cumplir la función de masticación, los necesitamos para hablar correctamente. El enemigo más común y silencioso es la caries dental. Frecuentemente el cuidado y aseo oral se descuidan hasta que la caries llega a generar dolor, pero se pueden atacar desde antes con unas simples medidas:
· Para los bebés que aún no tienen dientes, limpie sus encías con una gasa húmeda después de la mamila.
· En cuanto el niño tenga su primer diente y a lo largo de toda la vida, el cepillado de dientes es importantísimo para evitar las caries. Cepille sus dientes todos los días después de comer y especialmente antes de acostarse.
· Desde chicos, acostumbre a los niños a no comer muchas golosinas, caramelos, paletas, chicles, etc. Las bacterias en la boca utilizan toda esta azúcar para debilitar el esmalte, desmineralizar el diente y causar la carie.
· Utilice pasta dental y enjuague bucal fluorado. El fluor ayuda a remineralizar y fortalecer los dientes, evitando que se agregue la placa dental. La placa despule el diente y lo hace poroso, propenso a la carie. Para que el enjuague sea más efectivo, haga buches por un minuto y no coma nada por veinte minutos después.
· La técnica de cepillado debe intentar llegar a todas las superficies del diente. Los espacios entre los dientes se deben limpiar con seda dental.
· No se espere hasta que las caries le causen dolor, una visita al dentista al año o cada seis meses para chequeo general y aplicación de flúor le evitarán dolores futuros. Las caries no desaparecen, taladran el diente hasta que este ya no sirve y duele. La única forma de atacarlas es tomando estas medidas preventivas, y tratándolas una vez que se tienen
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